Conseguir un lugar para cremar a tu ser querido puede tardar más de 3 días.
Ciudad de México.- La saturación de servicios hospitalarios en la Ciudad de México y el Estado de México se ha convertido ya en un grave problema de Salud Pública, donde familiares de enfermos peregrinan de hospital por hospital sin poder ser atendidos; las llamadas a los servicios de emergencia son constantes y la respuesta es la misma: a menos que usted ya no pueda respirar no hay lugar en los hospitales, consiga un tanque de oxígeno y quédese en casa, son las instrucciones del personal médico que atiende las llamadas.
Por otro lado, los servicios privados de salud no aceptan ingresos a hospitalización con síntomas relacionados al sistema respiratorio ya que se consideran sospechosos Covid y no se “arriesgan” a recibir este tipo de pacientes que requieren un protocolo especial.
Aunado a esto, la agonía se extiende al tratar de conseguir un certificado médico de defunción, debido al control que el gobierno ha ejercido sobre estos documentos, lo que ha generado una falta de documentos oficiales durante la pandemia, creando verdaderas mafias alrededor del tema, donde los certificados se venden al mejor postor en un precio que va de los $2,0000 a los $10,000 pesos para poder acceder a este documento sin averiguaciones ni acudir ante el Ministerio Público.
Una vez superado el certificado, viene otro calvario: conseguir un lugar para cremar al ser querido, ya que los crematorios de TODOS los panteones públicos y privados de la Zona Metropolitana del Valle de México se encuentran saturados, dando tiempo de cremación de por lo menos 72 horas, tiempo que mantienen en resguardo el cuerpo con su respectivo costo.
Al respecto, testimonios de trabajadores del Panteón San Isidro, ubicado en la Alcaldía Azcapotzalco, refieren que los hornos trabajan alrededor de 18 horas continuas, divididos en turnos, donde los últimos servicios son recibidos alrededor de las 21 horas; “solo de hoy fueron más de 30 servicios, y sólo uno no fue por Covid-19, parece algo irreal que la gente aún viendo tantas muertes siga sin creer que existe el Coronavirus”, sentenció.
Mientras tanto, el plan de Vacunación avanza, persiste el Semáforo Rojo epidemiológico, siguen las fiestas clandestinas, los restauranteros se niegan a trabajar en la modalidad “sólo para llevar”, los doctores están a punto de tirar la toalla y la corrupción sigue su curso, lucrando con las víctimas de la Pandemia.